LA FIEBRE DEL ORO
Del cielo caen compromisos de amor en forma de anillos,
pulseras con amuletos robadas a sus dueñas, vírgenes y crucifijos que adornaron
cuellos de personas perdidas, relojes que señalaron horas importantes de la
vida de desconocidos. Todos tienen en común el ser de oro, el metal que conduce
a los sueños.
Las manos de los transeuntes se elevan para recogerlos, con un afán de posesión
que les lleva a atacar al que tienen al
lado. Creen que les pertenecen sólo por haberlos visto.
Dos niños de 4 y 2 años, ríen inocentes desde una terraza,
lanzando a la calle lo que han encontrado en una bolsa en su casa.
Su padre, de profesión ladrón, duerme plácidamente la
siesta.