miércoles, 30 de enero de 2013





Cuando la noche se despide despacio del día, es cuando mi corazón más te anhela y te desea.

Apareces como un sueño ante mí y mis sentidos adormecidos; de repente se despierta. Mi mente te recobra de nuevo recibiendo en mi cuerpo tus caricias, en mi boca tus dulces besos...

En el espacio que hay entre la noche y el día donde no existe el tiempo, ni la realidad concreta, ni pasado, ni presente, ni futuro…allí, allí te espero.





OTRA MIRADA

Nunca pensé que la leyenda fuera cierta. Lo había oído contar a mis mayores, incluso alguno afirmaba haberlo visto, pero yo nunca les creí. Y ahora lo veo yo desde este árbol extraño que no crece hacia arriba, que está frio como la muerte, en el que no existe más vida que la mía.

Llevo mucho tiempo viviendo aquí y siempre en la misma posición, cuidando de que el viento o la lluvia no me hagan daño, y ahora sólo con darme la vuelta me he encontrado este mundo nuevo y maravilloso. Estaba ahí pero yo no lo veía y me está invitando a salir pero ahora no sé qué hacer.

Me puedo hacer daño al saltar desde tan alto o puede ser que no encuentre a otros como yo, o me puedo perder y no saber volver a la seguridad que tengo ahora… ¿Me voy o me quedo? ¿Me arriesgo a vivir o permanezco en la rutina y la seguridad?

 El cielo azul y los arboles que diviso a lo lejos me han dado la respuesta.